Es normal que con media España enterrada bajo un metro de nieve, no pensemos en qué vamos a hacer dentro de unos meses, cuando ya no sea necesario tener leña seca a mano y necesitemos más el aire acondiciondo.
Llegada la primavera o terminada la temporada, e independientemente de las limpiezas semanales que le hayas ido haciendo, es importante hacer una limpieza a fondo de nuestra chimenea. Esta limpieza deberíamos hacerla todos los años.
El tubo evacuador de humos acumula creosota, compuesto químico que poco a poco se va acumulando en las paredes del tubo, y al final puede acabar obstruyéndolo. El humo puede revocar y llenar la casa si la chimenea no está limpia. Todos sabemos que una chimenea de leña «se lo come todo», pero cuanto más seca esté la madera y menos resinosa sea, menos creosota acumulará el tubo.
Opciones para limpiar nuestra chimenea:
Deshollinador: Casi perdidos hace años, estos profesionales han vuelto a la acción. En muchas ocasiones son los propios vendedores o repartidores de leña a domicilio, los que en verano se dedican a realizar la limpieza de las estufas y chimeneas de sus clientes.
Erizo: Es el el típico cepilllo que usaba Bert, el desollinador de Mary Poppins. Cierra la apertura de tu chimenea con el film que usan los pintores o con una bolsa de basura grande y cinta de carrocero, dejando solo el hueco para el mango del erizo. De esta manera podrás frotar el interior del tubo de abajo hacia arriba, sin tener que subir al tejado.
Limpieza química: Hay en el mercado unos troncos o unas bolsas con un producto químico que al quemarlos limpian de hollín la chimenea.
Decora tu chimenea en verano
Las chimeneas no son todas abiertas, cada vez son menos frecuentes, pero cubrir el hueco de la chimenea con la típica pantalla a veces afea más que embellece. Podemos ser más creativos. Hemos visto esta tapa que nos parece genial, el efecto es espectacular, y no son nada difíciles de hacer.